Una historia de los cubiertos

Una historia de los cubiertos

By In Cultura, Gastronomía

Comer es un acto imprescindible para la vida, pero es también un ritual. Las formas de comer, las normas, los horarios, los utensilios que se emplean… Todo esto y muchos otros factores en torno a la comida y el acto de comer forman parte de la humanidad. Hoy hablaremos de algo que nos ha acompañado siempre en nuestras comidas: los dedos.

Ah, sí, y no olvidemos los cubiertos.

 

Una historia de la cuchara

La cuchara fue el primer cubierto en inventarse y utilizarse para comer. Fue durante el Neolítico (esto es aproximadamente hace 6000 años), aunque desde el Paleolítico ya se usaban conchas o trozos curvos de madera con el mismo propósito, por ejemplo, para ayudarse con alimentos cocinados en agua caliente.

Los romanos usaban cucharas de madera, peltre, bronce y plata. La palabra cuchara viene del latín cochlea (que a su vez viene del griego), que significa “concha espiral”.

La cuchara es sin duda uno de los utensilios más populares del mundo entero, pues prácticamente llegó a todas las culturas, aunque en cada momento histórico y en cada sociedad se empleasen diferentes utensilios y técnicas para la alimentación. 

Así, por ejemplo, en China usaban la cuchara al igual que los europeos; pero mientras que los europeos seguían comiendo con las manos, en China se había popularizado el uso de los palillos (ya se usaban desde el 3000 a.e.a., pero Confucio los estandarizó y pronto se convirtieron en los cubiertos más usados en China, Vietnam, Corea y Japón), que conservaron, a pesar de ir integrando poco a poco los cubiertos que se hacían famosos en Europa.

En las culturas mesoamericanas también hay evidencias arqueológicas del uso de cucharas, unas particulares con mangos cortos y huecos por los que tomar el líquido del alimento.

Las cucharas no solo eran utilizadas para comer. Durante mucho tiempo, en Europa, fueron usadas para los rituales y ceremonias cristianas, y se hacían verdaderas piezas bellísimas, de materiales como oro, plata y bronce, con piedras preciosas incrustadas, y con muy diversas formas.

 

Los cuchillos en la mesa

El cuchillo pasó de ser un arma a un utensilio para comer mucho antes de que se popularizara el tenedor, pero no es hasta el siglo XVII en Europa que hay una revolución en la etiqueta de los cuchillos a la mesa.

La corte francesa cambió el uso de los cuchillos a la mesa a lo largo del siglo XVII. Se dice que el cardenal de Richelieu estaba tan asqueado de ver a un comensal sacándose restos de comida de entre los dientes con el cuchillo, que le quitó la punta, y pronto la corte francesa lo imitó. 

Ya a finales de siglo, Luis XIV prohibió los cuchillos afilados a la mesa y los sustituyó por otros redondeados, más parecidos a los que utilizamos actualmente, para que no hubiese peleas a la mesa y los comensales terminaran matándose. Estos cuchillos sin filo hacían más difícil cortar la carne, que antes se hacía con dos cuchillos, así que el izquierdo fue sustituido por el tenedor.

A mediados del siglo XIX, los cuchillos, cucharas y tenedores, y la manera de usarlos muy parecida a la nuestra, se habían popularizado en Europa y Norte América. Además, habían aparecido tenedores para distintos alimentos, como el pescado y el pepino. Todavía en esta época, los utensilios solían ser de plata u otros materiales más económicos para las clases más bajas. No es hasta 1913 que se empiezan a fabricar utensilios de acero.

 

Dedos vs. tenedor

Después del cuchillo y la cuchara, el tenedor es el último cubierto que se añadió a las mesas. Aunque ya se había inventado y lo usaban egipcios, romanos y griegos en la Antigüedad para cocinar y en ceremonias, no alcanza su popularidad hasta la Edad Media, en el Imperio Bizantino y Oriente Medio, por las familias más pudientes.

En el siglo XVI, lo usaban los cortesanos y cortesanas para las comidas más difíciles de llevarse a la boca con los dedos. En el Antiguo Egipto, se empleaban para ritos ceremoniales. Y fue considerado un instrumento demoníaco por los sacerdotes bizantinos en una ocasión. ¿Por qué es tan impopular el tenedor?

Corría el año 1004. Maria Argyropoulina, la sobrina del Emperador bizantino Basilio II, llevó sus propios tenedores de oro a su banquete de bodas en Venecia. Cuentan que causó un gran escándalo verla comer con el tenedor, sobre todo, entre los sacerdotes, que defendían que se debía comer con las manos, pues para eso Dios nos había dado los dedos

El tenedor tendría todavía que abrirse paso a las mesas de toda Europa. En 1533, Catalina de Médici introdujo el tenedor en Francia desde Italia, cuando se casó con Enrique II. En Gran Bretaña les costó más introducir el tenedor. Un famoso libro sobre los viajes del inglés Thomas Coryate en 1608, que incluía un pasaje sobre las maneras de comer con tenedor de los italianos, puso de moda los tenedores en su país, aunque mucha gente seguía ridiculizando esta práctica.

Parte de la razón por la que el tenedor tardase en estandarizarse en Europa se debió a su forma. Al principio, solo tenía dos dientes, de modo que no era fácil coger la comida. Luego, se le añadió un tercero, pero no sería hasta el siglo XVIII, en Alemania, cuando se le añadió un cuarto diente y empezaron a parecerse más al tenedor que conocemos hoy en día.

Aún hoy en día, no en todos los lugares del mundo y en todas las culturas se utilizan cubiertos para comer siempre. Se siguen preservando maneras de comer con las manos.

 

Ya vayas a pedir un plato de cuchara o tu ensaladilla en el Chema, ahora sabes un poco más sobre la historia de los cubiertos (algo que necesitabas en tu vida, y lo sabes).

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Foto de Kamran Aydinov en https://www.freepik.com/

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